GRAVEDAD SHAWSHANK.
Mi madre tenía el pelo rubio color mantequilla y la cintura
estrecha. Recuerdo la nitidez de su silueta y no otra. Será porque en ella se
esconde el aroma del pan tostado y del melocotón Melba de los domingos, y será
también porque, en estos días, sigue siendo la única que no me ha abandonado en
sueños, cuando la memoria se vuelve un órgano sucio y mentiroso, cuando ya se
ha perdido toda la verdad sin reservas.
Del final de la tarde en esta biblioteca se descuelgan los
cuerpos sin vida de tantos que estuvieron aquí, el silencio de sus frentes
cansadas, los cuervos escondidos en los bolsillos de sus chaquetas de lana
raída.
Sé que dicen de mí que me he acostumbrado, que estoy
institucionalizado... Soy la antítesis de Andy Dufresne, fuera no brilla la
lluvia bajo la luna.
Hubo un tiempo en el que fui libre para elegir mis pasos, un
tiempo en el que las horas pasaban mansas y las nubes no eran más que espuma
aplastada sobre un cristal. Ahora ya no me fijo en esas cosas.
Encontré un libro de Robert Frost en lo alto de una
estantería la semana pasada, justo antes de que me diesen la libertad.
Leer estos poemas en las calles o en este cuarto nunca me
hizo sentirme menos inútil, ni menos culpable, insomne o abandonado, pero por
la noche, cuando miro allí arriba los nombres de otros que estuvieron aquí y el
mío junto a ellos, algo me empuja a seguir.
Por eso escribo poesía. Un día no tendré que pensar en nada,
no tendré que recordar nada.
Dos caminos se
bifurcan
En un bosque amarillo
Y apenado por no poder
tomar los dos
Siendo un viajero
solo,
Largo tiempo estuve de
pie
Mirando uno de ellos
Tan lejos como pude
Hasta donde se perdía
en la espesura.
Entonces tomé el otro,
Imparcialmente,
Y habiendo tenido
quizás
La elección acertada,
Pues era tupido y
requería uso;
Aunque en cuanto a lo
que vi allí
Hubiera elegido
cualquiera de los dos.
Y ambos esa mañana
Yacían igualmente.
¡Oh, había guardado
aquel primero para otro día!
Aún sabiendo el modo
en el que las cosas siguen adelante.
Dudé si debía haber
regresado sobre mis pasos,
Debo estar diciendo
esto
con un suspiro de aquí
a la eternidad:
Dos caminos se
bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos
transitado,
Y eso hizo toda la
diferencia.
Robert Frost. The
road not taken.